Advierten que el presupuesto destinado a la obra pública en 2025 no alcanza ni para mantener las existentes

El sector de la construcción alerta sobre el deterioro del empleo y la insuficiencia de recursos.

El proyecto de Presupuesto 2025 ha generado una nueva controversia en torno a la distribución de recursos, especialmente en lo que respecta a la obra pública. Según el sector de la construcción, las partidas asignadas son insuficientes, lo que pone en riesgo no solo la continuidad de las obras en curso, sino también el mantenimiento de la infraestructura existente.

Contexto del presupuesto

Los expertos del sector estiman que hasta agosto de este año solo se había ejecutado un 30% del presupuesto destinado a la obra pública, y se prevé que al final del año no supere el 45%. Para 2025, se proyecta un leve aumento en los recursos destinados a infraestructura, pero este incremento es considerado insuficiente para revertir el deterioro actual.

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) estima que este año se registrará una caída real del 46,4% en la inversión directa del Estado en obra pública, y las transferencias de capital sufrirán un ajuste aún mayor del 83%. La Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) advierte que en 2025 ambas áreas seguirán enfrentando recortes, con una reducción del 6,8% en términos reales.

Impacto en el empleo

El sector de la construcción comparte una visión pesimista sobre el futuro. Más de 120.000 trabajadores han perdido su empleo y los representantes del sector expresan su preocupación por cómo evolucionará esta situación con las proyecciones presupuestarias actuales. Se espera que la inversión en obra pública se reduzca aún más, pasando del 1,6% al 0,7% del PBI.

Reclamaciones y expectativas

Los gobernadores provinciales han solicitado al Gobierno que cumpla con los acuerdos firmados para la transferencia de obras públicas desde la Nación a las provincias. Sin embargo, los datos de ejecución presupuestaria no coinciden con los compromisos asumidos.

A pesar de algunos indicadores positivos en julio, como un aumento del 8% en la actividad de construcción respecto al mes anterior, la caída anual sigue siendo significativa. Las expectativas para el sector son sombrías, y se prevé que continúe enfrentando desafíos importantes en los próximos años.

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