Racing pasó a la final por penales
El equipo de Pizzi superó a Boca 4-2 desde los 12 pasos para sacar el primer boleto para la final de la Copa de la Liga.
Este es el Racing que estaba en la lona, el que durante el año tantas veces tuvo la soga al cuello y que tantas veces lo dieron por muerto. Este es el Racing sacrificado, luchador, milagroso, que deja la vida siempre. Este es el Racing que eliminó a Boca por primera vez después de cinco mano a mano perdidos y gracias al triunfo 4-2 en los penales tras empatar 0-0 se metió en la final de la Copa de la Liga, además de ya estar en los octavos de la Libertadores. ¿Será con clásico ante Independiente? ¿O Colón?
El partido de Racing fue un sufrimiento en general. Aportó por anular, apostó por bancar el resultado. Jugó con su habitual nueve corriendo a Fabra por la banda izquierda. No dejó jugar a su rival. Fue vivo en los penales para cambiar la forma habitual de ejecutar de cada futbolista y, sin su figura Arias, lo ganó con Chila Gómez bajo los tres palos, héroe con la atajada al Pulpo González y el tiro de Tevez en el travesaño. Y gol decisivo de Copetti, el otro héroe, héroe habitual ya…
En los 90 minutos, cuando se encuentran dos entrenadores que pensaron durante toda la previa en cómo anular al rival pasa lo que pasó en San Juan. Los tres delanteros que paró Pizzi fueron más una decisión defensiva que ofensiva, porque los puso para maniatar a Boca, obligarlo a que mantenga la línea de cinco y no que se convierta en una de tres como sucedió en la Libertadores en la goleada a The Strongest. Y a la vez, para que Copetti y Chancalay persiguieran a Fabra y Capaldo. Es más, no iban 30 minutos cuando Copetti estaba fundido de tanto perseguir al colombiano…
Así, los tres centrales xeneizes se pasaron la pelota entre ellos sin encontrar salida, con Varela custodiado de cerca, Campuzano con dificultades para recibir de espaldas en el puesto que suele ser de Medina, y Cardona sin encontrar su lugar para recibir y lanzar. Un equipo sin mediocampo, con malas decisiones con la pelota. Lo que obligó a Tevez a retroceder para buscar la pelota cerca del cinco o a tirarse a un lateral para que sus compañeros lo encuentren libre.
Racing creció a partir de estar bien agrupado en su campo, con las líneas apretadas, a la espera de una salida rápida o de un error del rival. A medida que controló a Boca, manejó la pelota en el medio y prosperó. Y se acercó dos veces, con un remate de Chancalay y otro de Moreno.
El riesgo con Boca siempre está claro. Zambrano metió un pelotazo justo entre los dos centrales, Villa controló y quedó mano a mano con Gómez, pero definió al cuerpo de un arquero que achicó bien.
En el segundo tiempo, el juego de Boca empezó a fluir, entró en ritmo y empezó a ganar por las bandas, principalmente a partir de Cardona y su talento para distribuir desde el sector izquierdo del mediocampo, tanto con un pase tres dedos para Fabra como con un cambio de frente profundo para Capaldo. Pero sin ocasiones claras, sin precisión en el último pase, tal como le viene ocurriendo al equipo de Russo.
Fueron 20 minutos hasta que Racing se reacomodó y recuperó la pelota. La empezó a circular. Pero el dominio duró un suspiro. La postura combativa del primer tiempo se convirtió en especulativa. Esperar y ver qué pasa…
La salida de Cardona a los 23 minutos sorprendió, más allá del agotamiento que podía tener el colombiano, porque de sus pies había salido lo mejor. Pero Russo apostó por Maroni y también por el Pulpo González en lugar de Campuzano. El primer cambió restó, el segundo sumó.
Boca mantuvo la iniciativa y el dominio. Alguna escapada de Fabra por la izquierda y una corrida de Tevez tras una mala salida rival llevaron peligro al arco de Chila Gómez. Pero no mucho más que eso.
En los últimos minutos, la apuesta de ambos fue llegar a los penales, y en los penales, el que se convirtió en finalista fue Racing, con los goles de Rojas, Melgarejo, Chancalay y Copetti, y la ataja de Gómez. Para ir por todo.