Unión se quedó sin oxígeno ni ideas ante Mushuc Runa

El conjunto ecuatoriano fue más inteligente, efectivo y ordenado. Unión, en cambio, abusó del pelotazo, careció de tenencia de balón y se fue diluyendo con el correr de los minutos. El equipo santafesino jugó mal, dejó una pálida imagen y sumó una nueva preocupación.

Ni bien comenzó el partido, Unión tuvo una inmejorable oportunidad para abrir el marcador. Apenas transcurrían 30 segundos cuando Estigarribia desbordó por izquierda y lanzó un centro rasante que cruzó el área sin que ni Gamba ni Fragapane lograran empujarla al gol. Instantes después, Bruno Pittón recibió en el área, pero falló en el control y desperdició otra ocasión clara. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo. El conjunto tatengue ya no volvió a inquietar al arquero Formento, mientras que Mushuc Runa comenzó a tomar el control del juego gracias a la velocidad de sus atacantes y las imprecisiones defensivas del visitante, que nunca logró afirmarse en el fondo.

Unión mostró intenciones en el arranque, pero poco de esa iniciativa se tradujo en el juego. La propuesta de manejar la pelota y frenar el ritmo del local quedó en palabras, ya que el equipo repitió el esquema utilizado ante Newell’s, pero sin la misma lucidez ni conexión. Fragapane tuvo un desempeño apagado, arrancando por derecha y luego alternando posiciones con Bruno Pittón, quien tampoco se sintió cómodo cuando le tocó jugar por ese sector.

La velocidad de Caicedo, Penilla y Angulo desnudó las falencias defensivas de Unión, que sufrió el primer gol a los dos minutos. Fue un zapatazo desde fuera del área de Orejuela que se clavó junto al poste derecho de Thiago Cardozo, justo después de la situación malograda por Unión en el inicio, en un claro ejemplo de la vieja máxima futbolera: “el que no los hace, los recibe”. Así, con el 1 a 0 en contra, el equipo se fue al entretiempo sin respuestas.

En el inicio del complemento, la historia se repitió. Estigarribia tuvo el empate en un mano a mano que resolvió bien Formento, y en la jugada siguiente llegó el segundo golpe. Una pérdida de Fragapane derivó en un ataque por la banda derecha que terminó con un centro al área capitalizado por Caicedo, quien cabeceó sin marca ante la pasividad de Pardo y la falta de cobertura de Vargas. Una imagen que se repitió a lo largo del partido, con una defensa tatengue endeble y mal posicionada.

El equipo de Vazzoler volvió a abusar del pelotazo, sin lograr poner la pelota al piso ni generar juego asociado. Con poca claridad y escasa contundencia en ataque, Unión se encontró 2 a 0 abajo y con las mismas falencias de siempre: dificultades para transformar las escasas situaciones en goles.

La expulsión de Bentaberry por una infracción como último recurso parecía abrir una ventana para el equipo argentino. Sin embargo, los cambios que propuso Vazzoler no surtieron el efecto deseado. Salieron los hermanos Pittón e ingresaron Palacios y Domina, dos apuestas ofensivas que no encontraron espacios ni juego para desequilibrar. El problema no era la cantidad de jugadores en ataque, sino la falta de precisión, de ideas y de variantes para lastimar a un rival que, aún con uno menos, no sufría en defensa.

Ya en los minutos finales, con un equipo desordenado, Vazzoler intentó una última variante con el ingreso de Del Blanco por Vargas, rompiendo la línea de cuatro para sumar más jugadores al medio y al ataque. A esa altura, Unión era un equipo perdido, que no encontraba caminos hacia el arco rival. Solo la actitud de Verde, quien intentó con algunos remates de media distancia, se puede rescatar dentro de un contexto de absoluta confusión futbolística.

El cierre fue contundente. Unión terminó el partido sin profundidad, lateralizando el juego y cometiendo errores en zonas sensibles. En un contraataque letal, Sinisterra —quien había ingresado en la segunda parte— rompió líneas con velocidad y asistencia precisa para Penilla. El atacante aprovechó un mal rechazo de Pardo, enganchó y definió cruzado, de zurda, para sentenciar el 3 a 0 definitivo.

El equipo de Santa Fe dejó una imagen preocupante, que fue de mayor a menor. Tras un buen desempeño ante Newell’s, esta actuación en Ecuador volvió a encender las alarmas. Una irregularidad que se torna cada vez más inquietante y difícil de explicar.

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