Alerta meteorológica en Santa Fe: ¿cómo y por qué se pronostica?
En las últimas 48 horas gran parte de la provincia de Santa Fe, incluyendo a la Ciudad de Santa Fe y alrededores, se ha visto bajo alertas meteorológicas por lluvias y tormentas. La palabra de un experto nos brinda todos los detalles para entender cómo concluyen los meteorólogos la proximidad de una tormenta y el rol fundamental de las alertas.
El Servicio Meteorológico Nacional a través de su Sistema de Alertas ha emitido una comunicación para toda a población civil en general que da aviso de un Alerta Meteorológica de Nivel Amarillo con vigencia hasta las 23:59 hs. del Sábado 16 de Marzo para casi todos los departamentos de la provincia de Santa Fe, incluyendo el departamento La Capital. El evento alerta por probables tormentas aisladas de moderada a intensa actividad eléctrica, con fuertes precipitaciones, ráfagas de viento y ocasional caída de granizo.
Los últimos días han tenido en vilo a la ciudad de Santa Fe, que con frecuencia es azotada por tormentas que generan inconvenientes en la vida cotidiana de los ciudadanos; transitando una ola de calor que pedía a gritos algún cambio atmosférico que proporcione un poco de alivio, con la esperanza de una lluvia renovadora frente a la intermitencia de Alertas Meteorológicas y siendo testigo los efectos de un temporal en la Ciudad de Buenos Aires y alrededores.
Afortunadamente en este ciclo de inclemencia climática los santafesinos parecen atestiguar más “falsas alarmas” que concreciones de las alertas; y allí es cuando surgen los interrogantes colectivos: ¿cómo calculan los pronósticos?, ¿cómo se generan las lluvias?, ¿qué son y para qué sirven las Alertas Meteorológicas? y, la más incisiva de todas, ¿por qué a veces no se cumplen las alertas?
Ante la neblina del desconocimiento, la iluminación de un experto.
En un entrevista exclusiva Facundo Azar brindó explicaciones claras y accesibles para despejar dudas y controversias. Azar es un joven de la ciudad de Rosario y desde 2021 forma parte del Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático (CMMC), una asociación civil de la provincia de Santa Fe dedicada a la difusión de alertas y avisos meteorológicos.
El CMMC posee miembros colaboradores a lo largo y ancho de la bota provincial y, mediante observaciones, registros históricos, puestas en común y las lecturas de 42 estaciones meteorológicas, provee información trascendental y de alta eficiencia respecto a los cambios atmosféricos no solo en el día a día sino también con informes semestrales a futuro.
— ¿Qué variables necesita tener en cuenta un meteorólogo, ya sea profesional o aficionado, para poder prever la llegada de lluvias y especialmente tormentas?
— Existen distintos valores, parámetros o indices para hacer un pronóstico, pero a grandes rasgos para entender qué hay que observar para pronosticar lluvias o tormentas es necesario entender qué tiene que pasar en el cielo para que haya lluvias. Los cuatro valores base que observamos para prever esta modificación climática son un reflejo de las condiciones básicas que se necesitan para que llueva. En primer lugar encontramos una temperatura elevada, que en el caso de la provincia de Santa Fe no es un valor uniforme por su extensión latitudinal, para el sur se considera temperatura elevada a partir de los 30º C, para el centro provincial se consiera una temperatura elevada a partir de 37º C y para el norte la medición se considera elevada a partir de los 40º C.
En segundo lugar para que sucedan lluvias o tormentas se necesita una humedad elevada superior al 70% u 80%. Un tercer valor a observar es el punto de rocío, que puede variar entre los 22º y 23º, pero en algunos casos alcanza los 26º; este calor indica la temperatura a la que debe llegar una parcela de aire para condensarse en forma de rocío, y cuanto más alto es el valor mayor es la inestabilidad climática. En cuarto orden podemos encontrar la presión atmosférica, su valor medio es 1013 hPa y cuando baja de los 1000 hPa (hectopascales) se considera que existe una inestabilidad atmosférica que facilita la formación de frentes de lluvia o tormenta.
— ¿Los vientos o los famosos cambios de aire no ocupan un rol en la formación de un frente de tormenta?
— Claro que si. A los cuatro valores base que mencioné anteriormente debemos adicionarle un catalizador o activador de la tormenta. Un catalizador por excelencia es un frente frío en forma de viento que provoque la condensación del agua para precipitar la lluvia. Por este motivo a veces transcurren una o dos semanas con un clima irrespirable mientras se van poniendo en sintonía los cuatro valores base y parece que el cielo colapsa en cualquier momento, pero nada sucede porque aún no arriba un frente frío que haga condensar la masa de aire caliente que genera esa sensación de sofoco y genere las precipitaciones.
— En resumen, para provocar un frente de tormenta se necesitan altas temperaturas, elevada humedad, un punto de rocío elevado y un descenso de la persión atmosférica, todo ello en sumatoria a un frente de aire frío. Pero, ¿eso basta para conocer estos valores y pronosticar una tormenta?
— Lo que nostros evaluamos para arrojar pronósticos y alertas es el conjunto de los valores base que se obtienen mediante las estaciones meteorológicas y los modelos meterológicos que son producidos por supercomputadoras mediante la combinación de hasta 10 modelos en simultáneo. A ello debemos añadirle, sin dudas y sin que ello quite eficiencia o credibilidad, la experiencia humana, los conocimientos previos, la capacidad humana de interpretar los datos observados. Es justamente por este factor que a veces fallan las apps de nuestros celulares, porque arrojan pronósticos sólo teniendo en cuenta los datos medibles.
— Con el conocimiento que nos acercás podemos entender que la meteorología no busca arribar a una conclusión fáctica y puntal. Es evidente que, si bien conjuga cosas que se pueden medir con variables físicas o matemáticas, supercomputadoras, aparatos y sensores, el rol humano es lo que hace la diferencia. Si la propia ciencia considera un margen de error probable, ¿por qué enojarnos si un pronóstico o una alerta “fallan”?
—Los pronósticos meteorológicos fallan o se equivocan porque es una ciencia inexacta, en comparación con la matemática o la física donde los resultados son siempre iguales. Como la atmósfera es muy cambiante siempre se contempla un margen de error o diferencias con el resultado que arroja finalmente el cielo; puede haber algún evento mínimo que modifique un pronóstico, como por ejemplo la existencia de un microclimas o las características físicas del terreno. Estos datos escapan al control de los meteorólogos en todas partes del mundo, además de que las mismas computadoras o supercomputadoras como las de los modelos meteorológicos no pueden considerarlos. Allí es donde reivindicamos que la experiencia y “el ojo” del meteorólogo hacen a la calidad del pronóstico.
— Amigándonos con el margen de error y con el objetivo de conciliar la opinión pública con la información que nos acercan los profesionales y aficionados en la materia, ¿qué son y qué fin tienen las alertas meteorológicas?
— Debemos partir de una base muy clara: la función principal de un alerta es que la gente tome recaudos y sepa que en determinado rango de tiempo pueden suceder cosas que pondrían en riesgo la vida y los bienes muebles e inmuebles, causando a veces pérdidas irreversibles. Las alertas no pretenden difundir pánico social sino que permiten tener la precaución de ponernos a resguardo para evitar estar al aire libre ante la llegada de una inclemencia climática, además de asegurar objetos, puertas, ventanas, despejar desagües pluviales y ocuparse de cualquier estructura e infraestructura que no solo pueda dañarse sino también aumentar el riesgo inherente de un temporal.
Desde el CMMC siempre sostenemos que mucho peor y lamentable sería que suceda un evento y no se haya proporcionado el correspondiente aviso. Por sobre todas las cosas es preferible notificar a la población y las autoridades, luego si no sucede un pronóstico es un bien para todos porque no se concretó el evento climático y por lo tanto el daño y los inconvenientes resultan en cero.
Es entendible el enojo por las molestias ocasionadas al ocuparse de lo que debemos hacer ante un alerta, pero consta en estadísticas que son muchas más las veces en las que las alertas meteorológicas son efectivas porque se cumple el pronóstico y al mismo tiempo se evitan daños, que aquellas pocas veces en las que se tomaron recaudos y finalmente la tormenta no llegó.
El rol del municipio cuando se encienden las alarmas.
Por sus características topográficas el ejido urbano es propenso a anegamientos cuando se produce la caída de abundante cantidad de lluvia en corto período de tiempo. Por la longeva fecha de fundación de la ciudad aún gozamos de inmuebles de larga data y ejemplares arbóreos longevos que frente a intensas ráfagas de viento y/o descargas eléctricas son propensos a dañarse y generar inconvenientes. La intensa actividad de una ciudad capital implica circulación de personas, gestión de residuos y elementos en la vía pública que requieren la atención para prevenir daños ante una tormenta en general.
Por los motivos antes mencionados la municipalidad de Santa Fe se sirve de las alertas meteorológicas para advertir a los ciudadanos cúando se espera una inclemencia y qué deben hacer frente a esta situación. Desde el comienzo del verano en Diciembre de 2023 se han presentado diversas situaciones climáticas, a las que el municipio ha acompañado oportunamente con recomendaciones útiles y prácticas para el bienestar y la seguridad de todos.
Desde RIO Noticias realizamos un relevamiento de todas las comunicaciones que ha realizado el municipio mediante sus redes sociales oficiales en cada oportunidad y acercamos a nuestros lectores el resumen definitivo de recomendaciones.
- Retirar de la vía pública objetos o residuos que puedan obstaculizar el normal escurrimiento del agua de lluvia mediante los desagües pluviales.
- Retirar todo aquello que se encuentre en balcones, ventanas o terrazas y que pueda volarse o caerse durante el evento climático.
- Para las obras de construcción, asegurar todos los elementos que no estén sujetos o puedan volarse: chapas, tirantes, ladrillos, hierros, lonas, etc.
- Además teniendo en cuenta la situación epidemiológica por el incremento de casos de dengue se recuerda que, después de las precipitaciones, se deben realizar acciones de descacharrado en patios, vaciando o descartando recipientes donde se pudo acumular agua.
para la oportuna intervención de la Secretaría de Protección Civil y Gestión de Riesgos.Para informar inconvenentes ocasionados por un temporal comunicarse con el Centro de Atención Ciudadana al 0800-777-5000.