¿Rusia es el malo de la película?

Una mirada al conflicto en Ucrania, diferente a la que muchos medios hegemónicos vienen intentando instalar.

Si nos ponemos a conversar en la calle con cualquier persona, lo más probable es que la mayoría esté de acuerdo en que las guerras no son algo lindo. No es un pensamiento uniforme pero, lógicamente, es difícil ver videos o fotos de ciudades ucranianas destrozadas, con civiles muertos y no sentir pena, dolor, bronca.

Por eso, con la mirada centrada en la ofensiva rusa, la idea que tiende a homogeneizarse desde los grandes medios es que Putin es un nazi, que está destruyendo Ucrania por pura avaricia, casi por placer. Rusia es como un gran demonio que quiere terminar con el mundo.

Pero, ¿nos hemos puesto a pensar en qué procesos llevaron al estado ruso a tomar la decisión de atacar en territorio ucraniano?

Un breve repaso por algunos hechos que se vienen suscitando desde 2014 pueden traer algo de luz para, al menos, enriquecer la mirada.

Capítulos de la historia no tan conocidos

Desde 2014, Rusia viene denunciando que, en el Donbás, región ucraniana con gran cantidad de población rusa, se cometen atroces asesinatos.

El gobierno ruso solicitó a Ucrania que estos crímenes cesen, basándose en dos acuerdos internacionales firmados en Bielorrusia. No solo hicieron caso omiso, sino que Ucrania comenzó a recibir fuerte financiamiento por parte de la Unión Europea, de Estados Unidos y de la OTAN. 

Rusia comenzó a pedir garantías jurídicas, sin respuesta alguna. Ni siquiera por parte de las Naciones Unidas.

El silencio de las grandes potencias mundiales y las organizaciones internacionales se fue haciendo cada vez más “ruidoso” para Rusia, al tiempo que el apoyo norteamericano también comenzó a llegar a suelo ucraniano en forma de armas.

En conclusión, todas las opciones diplomáticas le fueron negadas Rusia. Ignoraron todas sus peticiones jurídicas, al tiempo que las bases militares comenzaron a armarse cada vez más cerca de sus fronteras.

El máximo mandatario soviético venía siendo claro en sus apariciones mediáticas. Su objetivo es evitar la presencia militar occidental en Ucrania, y para ello hizo ver que está dispuesto a usar la fuerza.

Con esta nota tampoco queremos decir que Rusia es un justo redentor, y que Ucrania, EE.UU, la OTAN y compañía son el mal encarnado. Simplemente nos parece importante ampliar la mirada y mencionar aspectos que no se suelen encontrar en el relato de los grandes medios.

 

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