Lo anunció la Bodega Doña Paula, que elabora vinos con uvas provenientes de viñedos propios ubicados en Luján de Cuyo y el Valle de Uco, dicha región es una de las más altas del mundo, que cuenta con clima seco y lluvias esporádicas en el transcurso del año.
La misma Bodega reveló la obtención de la certificación vegana que otorga el organismo de inspección y certificación LIAF Control, para todas sus líneas de vinos que se expenden en Argentina y para el resto de sus etiquetas que se comercializan en el mundo.
La certificación que emana de LIAF Control, evalúa el origen de las materias primas, aditivos y coadyuvantes que se utilizan en la elaboración de vinos, verificando que los mismos no provengan de origen animal, ni que tengan derivados de animales.
Para resaltar, es importante aclarar que para la elaboración de vinos veganos, no implica ningún cambio con respecto a la elaboración tradicional, salvo el no uso de insumos de origen animal, o sea que no hay ningún cambio a nivel organoléptico en los vinos, garantizando de esta manera el respeto por el terroir.
Martín Kaiser ( Viticultor de Bodega Doña Paula), expresa lo siguiente: “Las proteínas de origen animal son reemplazadas en los vinos veganos por arcillas como la bentonita o placas de celulosa, que cumplen con la misma misión de filtrar los vinos” y continúa: “No usamos animales para trabajar la tierra ni en ninguna otra etapa de la producción del vino”.
A partir de entonces la bodega podrá exhibir los sellos en sus etiquetas para que se identifique un vino vegano certificado, de otro que no lo es, garantizando una compra auténtica.
El viticultor también expresa lo siguiente: “tenemos una filosofía que no se discute, elaborar vinos con un criterio de sustentabilidad a través de un modelo de gestión que promueve el respeto por las personas, la comunidad y el medio ambiente y destaca su cumplimiento con los procesos de elaboración de todas sus líneas bajo las estrictas normas establecidas por el organismo”.
Y concluye Kaiser diciendo: “Existe a nivel mundial una demanda creciente de vinos cuyos procesos productivos son conscientes con respecto al planeta y a la explotación animal en la que todos los vinos se encuentran certificados”.