Escribir es una de mis grandes pasiones, lo hago todo el tiempo, “sentada, parada, acostada o caminando y hasta incluso cuando asisto a reuniones, pero nunca dejo de escribir “.
Por las noches antes de acostarme me dejó cerca un cuaderno y una lapicera por si se me ocurre alguna idea o frases. Escribo todo tipo de textos “hasta redactó noticias”. Pero…en abril lo único que deseo es escribir poesías, porque las palabras sueltas que aparecen en mi mente se van uniendo y tejen mis heridas que se abren en ese mes, aún no logro cerrarlas pero al menos las voy remendando con esa red de palabras que formo en cada poesía y puedo encontrar la calma ,”Siempre intento transformar el dolor en cosas positivas y productivas”.
Quienes han leído mis escritos me comentaron lo mucho que les gusta y les llega “se transportan a cada historia”, pero todos y todas coinciden en que las mejores son las que se hacen desde el dolor. Esto pasa porque encuentro en la escritura mi espacio de descargo de sentimientos y las palabras no dejan de salir “así como mis lágrimas y los recuerdos”.
Abril es el mes en el que me veo con 12 años parada en el patio de mi casa viendo como el agua del Río Salado se asoma por la esquina y al subir por el tapial de mi vecino el agua subia cada vez más rápido, era una niña con miedos y en constante alerta por si la tragedia azotaba mi vida y la de mis seres queridos destruyendo lo mucho o poco que se consiguió con esfuerzo.
18 años han pasado de ese momento, de aquel 29 de abril del 2003 y aún remiendo mis heridas escribiendo y escribiendo poesía “La Poesía de Abril”.
Autora: Laura Alegre